Artículo elaborado por la Licda. María Inés Elgueta – Psicóloga Clínica

«Cuando todo parezca ir contra ti, recuerda que el avión despega contra el viento, no a favor de él.»

– Henry Ford

La familia es el grupo más antiguo e importante a donde puede pertenecer el ser humano, y se considera un verdadero agente activo del desarrollo social.  Mucho se habla sobre todos los efectos que las adversidades de la vida generan sobre nosotros.  Como las carencias emocionales, económicas, afectivas, entre otras, tienen efectos significativos sobre el desarrollo de los seres humanos.

No obstante, también se han observado importantes excepciones en numerosas familias en las que, a pesar de vivir con muchos factores de riesgo y haber tenido historias de maltrato y carencia, los padres poseen una cualidad que les permite salir adelante de manera asertiva.

La resiliencia  es una cualidad que desarrollan las personas o grupos sociales para afrontar o  sobreponerse a las adversidades de la vida, aprender de ellas, superarse y generar una trasformación efectiva.

Aquellas familias en las que la unidad crea formas sanas, activas y sensibles de satisfacer las necesidades de sus integrantes, sin poner en riesgo la integridad total de la misma, se les denomina: familias resilientes.  Estas familias poseen algunas cualidades que les caracteriza, por ejemplo:

  • Cohesión
  • Afectividad
  • Comunicación
  • Adaptación
  • Flexibilidad
  • Creencias asertivas sobre resolución de conflictos

Decirlo suena fácil, sin embargo, son las situaciones que vivimos las que nos van a demostrar realmente que tan resiliente es nuestra familia.  Una mala noticia, una enfermedad, un grave accidente, la pérdida de un ser querido, o cambios fuertes en nuestro día a día, son situaciones que, sin duda alguna, ponen a prueba nuestra resiliencia familiar.

Entonces, te has de preguntar: ¿Qué tan resiliente es mi familia? ¿Cómo promover la resiliencia dentro de ella?

Bob Marley decía: “No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda.”  Y junto a esta frase, quiero compartirte 10 acciones que puedes poner en práctica para fomentar la resiliencia en tu familia.

  1. Protegerse psicológicamente a través de demostrar y fomentar la confianza en cada uno sobre sus capacidades para salir adelante.
  2. Buscar espacios y tiempo para interactuar y lograr un ambiente que genere habilidades para la vida.
  3. Buscar espacios para la sana diversión en familia.
  4. Fomentar la participación de cada miembro en los quehaceres familiares.
  5. Lograr la capacidad de observar las acciones tanto de forma individual como familiar, complementándolas con la autocrítica y aceptando los errores y las virtudes de cada integrante.
  6. Estimular y modelar la capacidad de escucha y de aprendizaje.
  7. En situaciones de estrés familiar, reflexionar acerca de las diferentes soluciones, escuchar la opinión de todos, tomar decisiones en conjunto y después evaluar los resultados.
  8. Aprendan a plantear argumentos, defender ideas y debatir, sin caer en los conflictos, respetando la individualidad y la diversidad de ideas.
  9. Aprender a expresar enojo, culpa, resentimiento y piedad de una manera asertiva sin lastimar a los demás.
  10. Mostrar un fuerte compromiso en la búsqueda continua de formas de mejorar el bienestar de sus integrantes.

Podemos resumir entonces, que la resiliencia familiar requiere promover acuerdos, vínculos expresivos de apoyo emocional y diálogos coherentes. Invertir tiempo y esfuerzo en hacer de tu familia un “equipo” que trabaje unido para superar adversidades, es sin duda un éxito asegurado.

 

María Inés Elgueta
Psicóloga Clínica

 

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