El éxito de tu negocio depende de su liquidez y rentabilidad, y para mejorarlas necesitas establecer una estrategia clara.

Cuando de finanzas se trata, la mayoría de los emprendedores se enfocan en obtener más ingresos. Creen que, si logran hacer crecer las ventas de sus productos o servicios a un cierto nivel, su empresa podrá ser considerada exitosa.

Desafortunadamente, pocos de ellos se centran en la rentabilidad, cuando debería ser su meta principal, porque lo que en realidad importa es la cantidad neta que queda después de haber cubierto todos los gastos.

Las empresas que se centran en mantener un flujo de efectivo positivo y en la rentabilidad del negocio crecen despacio pero consistentemente, y no se ven orilladas a declararse en bancarrota o enfrentar juicios debidos a falta de pago de deudas y compromisos.

He aquí tres pasos a seguir para lograr hacer cada vez más grande la diferencia entre los ingresos y lo gastos:

1. Reducir costos administrativos

Al dedicar mucho tiempo a actividades administrativas que no generan dinero, tales como ir a conseguir clientes muy lejos de la zona geográfica de la empresa, o utilizar mucho tiempo en la administración de las cuentas, las ganancias se reducen.

Es mejor cubrir la mayor parte de clientes potenciales alrededor de la zona, o enfocarse en aumentar las ventas en dos o tres industrias al cubrir sus necesidades específicas y prestar asesoría para resolver problemas.

Gracias al trato de “expertos a su servicio”, podrás subir los precios, se multiplicarán las recomendaciones y disminuirán los gastos de representación.

2. Identificar productos o servicios no redituables

Algunas empresas tienen productos o servicios muy específicos o especiales que sólo compraría un grupo muy reducido de consumidores. Llegan a venderlos, pero no obtienen ganancias.

Tomar la decisión de eliminarlos puede ser difícil y duro de aceptar, pero lo sería más tener que cerrar la compañía.

3. Ser más listo que los clientes morosos

Muchos empresarios saben que un cliente que no paga o se tarda en hacerlo cuesta más en tiempo e inversión de recursos para hacerlo pagar, pero cuando un negocio va empezando el emprendedor prefiere aceptan todo tipo de condiciones con tal de vender.

Es muy importante utilizar estrategias para no caer en esa trampa, como son:

  • Solicitar un anticipo antes de producir o prestar el servicio, ya sea para surtir materiales o para pagar al personal.
  • No aceptar pedidos muy grandes de compañías nuevas o poco confiables. Se puede hacer un sondeo al respecto con clientes y proveedores amigos.

Una vez que definas una estrategia basada en estas tres acciones verás aumentar la rentabilidad de tu negocio y te encaminarás al éxito.